El derecho a la crueldad

El palacio de Buckinham

¿Tiene la princesa de Gales derecho a no revelar su estado de salud?

En los últimos días gran parte de los tabloides ingleses se regodearon en busca de la confirmación de una noticia que ya estaba confirmada, pero aún debían callar. Le exigieron a una mujer que explique por qué había retocado una foto con sus hijos. Dieron las razones más risueñas para el odio que destilaban porque la princesa había osado subir una foto que antes había arreglado con un programa de diseño.

Decían, sin decir del todo, que Kate no tenía derecho a hacerles eso. Mentir. Mentirle a su pueblo, haciendo pasar por cierto algo que no lo era. Pero la princesa tenía cáncer. Y esos mismos que se rasgaban las vestiduras muy probablemente lo sabían. Sin embargo, se la expuso a pedir disculpas. Esa fotografía era una un delito. Una raya de un sweater fuera de lugar parecía un puñal en el corazón de los seres morales.

Días más tarde Kate revela, en un video, su estado de salud. El mundo se alarma. La princesa tiene cáncer. Tan joven, tal bella, cómo puede ser. Mientras se revelaron los verdaderos colores de muchos, parecía que las princesa nos debía algo. Si estaba enferma, teníamos que saberlo, con detalles mucho mejor.

¿Por qué acorralar a una mujer que tenía, primero, que reverlarle a sus hijos lo que sucedía? ¿Por qué no dejar que viva el proceso, junto a su familia, con lo devastadora que es no solo la enfermedad sino también el tratamiento?

Y mientras tanto, ¿hasta dónde puede llegar el derecho a la crueldad en pos de una información que no va hacer el curso de la historia diferente? Ojalá los ojos del mundo no estén pendientes de cuando se le caiga el pelo, sino cuando vuelva a salir de la mano de sus hijos siendo lo único que seguramente quiera ser.

Con el paso del tiempo, Kate transoformará su lucha personal contra el cáncer en una batalla de la Corona. Su viaje será el de muchos; su entereza, una esperanza. Pero eso será más adelante, cuando la mujer, no la princesa, lo permita.

Por todas las mujeres que, en algún momento de sus vidas, tienen que sobrellevar un diagnóstico lleno de incertidumbre, mostremos sororidad por sobre otras cosas. Porque, a veces, lo único que necesita una persona es encontrar fuerza donde solo pensamos que hay vacío.

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